Quiero agradecer (aunque no encuentro palabras o acciones suficientes) a mi amigo Eduardo Ferrón, a quien conozco desde hace tantísimos (19) años, por esta segunda oportunidad para este blog el cual por una enorme desidia perdí por no renovar a tiempo el dominio web, y quien armado de paciencia, tiempo (el cual a ninguno de los dos nos sobra en estos días) y algunos pesos (tampoco de esos sobran tanto), me ayudó a recuperar.

Mi querido amigo, hermano, ‘Maek’, muchas gracias.

Siempre has estado ahí, como en aquella ocasión que pasé varios días encerrados por la varicela, frustrado por no poder salir de casa cuando recién llegado a esta ciudad. 

Llegaste con algunos CD’s, entre ellos, el de The Cranberries “Bury the Hatchet” (del que instantáneamente se apoderó de mi “The Animal Insctinct”) y algunos comics para que la pena fuera menor.

Recuerdo que en alguna ocasión, otro amigo, David, me dijo que tu y yo somos como el “ying” y el “yang” porque somos de carácter diferente; tu tan calmado y yo tan acelerado (o bueno, creo que lo era), y creo que podría ser cierto, somos algo diferentes, pero también tenemos afinidad en muchas cosas como la “ñoñez”, el gusto por la fotografía, el café, “el Youtube”, tocar la guitarra y muchas otras cosas de entre tantas que con los años y cientos de litros de café y una que otra chela han afianzado una amistad sólida y duradera.

Mi querido “Maek”, gracias de nuevo por esta oportunidad de retomar algo que abandoné por mucho tiempo. Prometo ahora sí, ponerme al día con tantas cosas que tengo (y quiero) por escribir.